República Dominicana después de Carter

"Donde pisa un haitiano no crece nada", fue una de las expresiones que escuché en mi reciente viaje a la República Dominicana y que de entrada me pareció lo peor, lo más racista que he escuchado en toda mi vida, sobre todo por tratarse de pueblos vecinos en una misma isla.

 Pero lejos del desprecio que puede reflejar expresiones como ésta, que no deben de sorprendernos a los caribeños pues de no querer mirarnos al parecer estamos hechos -por ejemplo, en mi país, Puerto Rico se vive totalmente ajeno a la realidad geográfica, social y hasta histórica de sus vecinos, y para muestra pregúntenle a un puertorriqueño ¿qué sistema político gobierna en Cuba? o ¿qué idioma hablan en la isla de Guadalupe?-, dejan la inquietud por saber si  sólo pretenden demostrar la dura realidad que empuja a millones de haitianos a cruzar la frontera terrestre que les promete la  posibilidad de no tener que comer más las cocretas de tierra que leí en un rotativo latinoamericano. -Aclaro, ésto lo pensé cuando me fui a dormir-

"En Haití ya no crece nada" -escupí para recodar la explotación colonial.

Y del silencio que dejé un hombre aprovechó para tomar la palabra y remediar mi cara de temor por estar a segundos de masticar racismo, contándome que es tan pobre Haití que el fotográfo acuático francés Jacques Cousteau buceó una vez en sus aguas y sólo halló una especie de esponjas porque hasta los peces no nadan por allí, "ellos acabaron y acaban con todo", lamentó (o disimuló) el ciudadano dominicano.

La conversación surgió al ver dos pequeños haitianos lanzarse sin temor alguno por sus vidas a cruzar una  peligrosa carretera en la zona oriental de la República Dominicana.  Evento que dio paso a  un interesante repaso de la historia de ambas naciones hasta la recién visita del ex presidente estadounidese Jimmy Carter al lado hispanoparlante de La Hispaniola.  Carter, por lo que recogi, dejó desilusionado a los dominicanos, quienes catalogaron su llamado a la unión entre ambos pueblos (pero desde República Dominicana) de  "hipócrita" y "atrevido" por comparar  la situación migratoria entre los dos países con la de "el país pobre" de México y " el país rico" de Estados Unidos. Hubo quien dijo "es una gran pena que uno de los pocos buenos presidentes que ha tenido la historia de los  Estados Unidos ahora en sus últimas venga a cagarla".

 Cartel (pronunciaba uno de los implicados) olvidó factores como la ocupación haitiana por 22 años a la República Dominicana; que las dos repúblicas caribeñas tuvieron durante su periodo colonial dos diferentes metrópolis y cómo también omite que Haití ha sido arrinconada y olvidada por el mundo, especialmente por la  tierra que gobernó y por la que va declarando libertades por el mundo.

Y recordó uno de nuestros panelistas improvisados: "Carter no sabe que en Republica Dominicana les damos trabajos, y a muchos nos quitan los trabajo. Carter no sabe que existen organicaciones  no-gubernamentales e invididuos dedicados al tema como la niñez haitiana nacida en el país. Carter no sabe que con quien se sentó a gestionar para trabajar la situación de ese pueblo que se mueve para acá, es quien representa el Estado, la organización que ha colaborado en desplazar y es quien nos ha enseñado a desplazar. Y Carter parece que no sabe que en el 1965 su  "país rico" auspició el golpe de estado a Juan Bosch, quitándole del poder y enviándole a cumplir prisión en tu país, Puerto Rico. Esos son los mismos que hoy abogan por Honduras y vienen a decirnos que hacer con nuestros vecinos."

Me muevo un poco en el asiento y noto que me senté encima del Listin Diario, vuelvo a moverme,  logro abrirlo y releer aquella nota sobre el cierre de escuelas  en la frontera con Haití debido a que familias dominicanas abandonan las comunidades en la ruralia para irse a los pequeños centros urbanos en búsqueda de oportunidades de empleo y mejores condiciones de vida; la sorpresa: la mayor matrícula en los centros educativos  son niños y niñas haitiano-descendientes.


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